Cómo evitar que se congelen las tuberías de agua
Cuando el agua se congela, se expande. Por desgracia, las tuberías de agua (hechas generalmente de plástico o metal) no tienen esa misma propiedad, por lo que, al congelarse, corren el riesgo de explotar, provocando un desastre costoso. Las buenas noticias son que es posible evitar que se congelen al mantenerlas calientes. Si durante el invierno planeas ausentarte durante un tiempo prolongado, es necesario que drenes las tuberías de agua. Asimismo, si estas se congelan muy súbitamente antes de que puedas adoptar alguna medida, ten en cuenta que hay métodos para descongelarlas de manera segura.
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Envuelve las tuberías con cintas calefactoras. Compra una cinta calefactora con un termostato integrado para evitar que se sobrecaliente. Puedes envolverla alrededor de las tuberías o pasarlas a lo largo de estas. Lo más recomendable es que sigas las instrucciones del fabricante.
Si bien es posible aplicar un aislamiento sobre algunas cintas, otras pueden hacer que este se prenda fuego. Por ello, antes de instalar la cinta, asegúrate de leer primero la información de seguridad.
También puedes utilizar una lámpara de calor sobre un área cerrada y seca. Durante las noches frías, revisa la lámpara para asegurarte de que funcione.
2
Aísla todas las tuberías de agua para evitar que ingrese el aire frío. Envuelve las tuberías con un aislamiento de gomaespuma especialmente diseñado para ellas y asegúrate de no dejar ningún espacio descubierto. Corta en inglete las tiras de aislamiento que se crucen en las esquinas de las tuberías y asegúralas con cinta multipropósito. Mientras colocas el aislamiento en las tuberías, mantén la gomaespuma seca.
El aislamiento por sí solo no previene la congelación, sino que únicamente ralentiza la velocidad de transferencia de calor a frío.
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Aísla y calienta las tuberías de drenaje. Aplica un aislamiento de gomaespuma de la misma manera en que aislaste las tuberías. Presta especial atención a los lavabos del baño y la cocina. No omitas las tuberías ubicadas en los espacios estrechos y sótanos fríos. Durante los días particularmente fríos, orienta una lámpara de calor hacia la tubería de drenaje.[3]
Si te preocupa un posible incendio, mantén abiertas las puertas del gabinete debajo de los lavabos de la cocina y el baño para permitir que el aire caliente circule por las tuberías.
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Durante los días fríos cuando no haya electricidad, abre el grifo. Si te quedas sin electricidad, deja que el agua corriendo a un ritmo no mayor al de un goteo constante. Este método será más económico que reparar una tubería reventada. En primer lugar, abre el grifo de agua caliente a un goteo lento y luego abre el grifo de agua fría a un goteo más rápido. No es necesario que dejes correr una gran cantidad de agua. En el caso de los baños, estos pueden ser fríos, pero evita que la temperatura allí sea helada.
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Utiliza una válvula de recirculación de agua caliente accionada por convección térmica. Ten en cuenta que, para hacerla funcionar, no necesitas electricidad. Su función es desviar el drenaje y circular continuamente el agua caliente a través de las líneas de flotación. Antes de instalarla, corta el suministro principal de agua y utiliza una sierra de arco pequeña para retirar las válvulas debajo del lavabo. Utiliza juntas para fijar la válvula a los empalmes de cobre ubicados en la pared. Ahora utiliza una llave inglesa para asegurar los empalmes a las tuberías. Por último, cierra la válvula cada vez que desees impedir la circulación del agua.
Para llevar a cabo este método, es necesario que la válvula esté instalada a un nivel mayor (por lo general, en el segundo o tercer piso) al del calentador de agua.
Ten en cuenta que hacer que el agua circule constantemente a través del sistema también aumentará la factura del calentador de agua
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Utiliza un recirculador de agua caliente (RedyTemp). Este dispositivo emplea una sonda térmica cuya finalidad es controlar la temperatura del agua en el interior de las tuberías. Desconecta un extremo de las tuberías de suministro existentes y conéctalas al recirculador de agua caliente. A continuación, conecta las dos líneas de suministro que vienen con el dispositivo. Enchufa el dispositivo en una toma de corriente estándar y configura el punto de calibración de temperatura que desees.
Para determinar la efectividad de la calibración que fijaste, abre los grifos de agua fría y siente la temperatura del agua que está saliendo. Ajusta el punto de calibración hasta que logres optimizarlo, es decir, hasta que haya agua fría o caliente en las tuberías frías o en la parte que requiera protección.
Si tienes un calentador de agua sin tanque, necesitarás un modelo de la serie TL4000 en lugar del ATC3000 que es más común. Durante las temporadas bajas en las que no es necesaria la circulación del aguja, disminuye el punto de calibración de temperatura.
7.
Ajusta el termostato. Ajusta el termostato de la casa o del lugar donde vives a por lo menos 13 °C (55 °F). De esta manera, mantendrás la temperatura por encima del punto de congelación del agua, además de permitir que circule el suficiente aire caliente hacia el ático y detrás de las paredes, donde suelen ubicarse las tuberías.
Finalmente, ten a la mano el teléfono de un buen plomero.